¿Sabías que puedes cambiar de banco y conseguir una hipoteca con mejores condiciones? Aunque muchos propietarios de vivienda desconocen esta posibilidad, realizar una subrogación hipotecaria puede suponer un considerable ahorro a largo plazo y, en muchos casos, adaptarse mejor a tus necesidades financieras.

Pero, ¿cómo puedes mejorar las condiciones de tu préstamo? ¿Merece la pena realmente? A continuación te explicamos todo lo que debes saber sobre el proceso de subrogación de una hipoteca, qué ventajas tiene y cuáles son los gastos que conlleva.

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¿Qué es una subrogación de hipoteca?

La subrogación de hipoteca es un procedimiento que permite al titular cambiar su hipoteca de entidad financiera y conseguir mejores condiciones, desde un tipo de interés más bajo para reducir la cuota mensual hasta cambiar de hipoteca variable a fija (o viceversa).

Un proceso que puede llevarse a cabo sin necesidad de cancelar el préstamo original ni de abrir uno nuevo, ahorrando mucho tiempo y evitando así el pago de gastos de cancelación y apertura de nuevos créditos.

Pero, sin duda, su mayor atractivo es que permite mejorar las condiciones del préstamo. Por ejemplo, puedes rebajar el tipo de interés para disfrutar de una cuota mensual más baja y reducir el coste total del préstamo. Pero también puedes cambiar de hipoteca variable a fija o viceversa, o bien, renegociar el plazo de amortización para que tus pagos sean más flexibles.

Con la ventaja de que este tipo de procesos no implican costes elevados, como sí ocurre cuando se decide cancelar una hipoteca y abrir una nueva. Aunque es cierto que tiene algunos gastos, estos suelen ser mucho menores.

Ventajas de la subrogación de la hipoteca

Además de aliviar tu bolsillo, la subrogación hipotecaria también permite disfrutar de una mayor estabilidad y flexibilidad en tus pagos. A continuación, explicamos todas sus ventajas:

1. Reducción del tipo de interés

Uno de los mayores atractivos de la subrogación de hipoteca es la posibilidad de obtener un tipo de interés más bajo. Si tu hipoteca tiene un tipo de interés elevado, puedes cambiar de entidad para conseguir mejores condiciones y ahorrar una cantidad significativa de dinero.

2. Cambiar de hipoteca variable a fija o viceversa

Si tienes una hipoteca con interés variable y te preocupa que las tasas de interés aumenten, puede que te sientas más cómodo cambiándola a tipo fijo. Del mismo modo, si tienes una hipoteca fija y prefieres aprovechar los periodos en los que el Euríbor esté bajo, la subrogación te dará la oportunidad de cambiarte a una hipoteca variable.

3. Menores comisiones y gastos

La subrogación es significativamente más barata con otros procesos como la cancelación de la hipoteca y la apertura de un nuevo préstamo. No tendrás que pagar la comisión de apertura ni otros gastos derivados de la constitución de un nuevo préstamo. Además, las comisiones suelen ser más bajas, lo que te permitirá mejorar aún más tu situación financiera.

4. Flexibilidad en el plazo de amortización

A veces, las condiciones económicas cambian y las cuotas de la hipoteca pueden volverse más difíciles de asumir. En estos casos, subrogar tu hipoteca te permitirá modificar el plazo de amortización y disfrutar de cuotas más bajas que podrás pagar con mayor comodidad.

5. Eliminar cláusulas abusivas

Muchas veces, las entidades financieras incluyen cláusulas abusivas en los préstamos hipotecarios. Si es tu caso, la subrogación te dará la oportunidad de cambiarte de banco para eliminarlas.

6. Mayor estabilidad financiera

Al cambiar las condiciones de tu hipoteca, podrás disfrutar de una mayor estabilidad financiera, lo que puede resultar especialmente útil si tienes una hipoteca a tipo variable y te preocupa que los tipos de interés suban en el futuro. De esta forma, pagarás la misma cuota a lo largo de toda la vida del préstamo.

¿Cómo funciona el proceso de subrogación de la hipoteca?

Aunque el proceso puede parecer complicado, lo cierto es que es bastante sencillo. A continuación, te explicamos cuáles son los pasos a seguir:

1. Análisis de la situación

Lo primero que debes hacer es analizar tu situación financiera y valorar si la subrogación es la mejor opción para ti. Para ello, es fundamental que revises las condiciones de tu hipoteca actual y que analices si puedes obtener un mayor ahorro o mejores condiciones.

Pero además, es importante tener en cuenta otros factores como tu estabilidad económica y tu capacidad para afrontar el cambio.

2. Búsqueda de mejores condiciones

El siguiente paso es encontrar las ofertas que mejor se adapten a tu perfil y a tus necesidades. En este sentido, el simulador de Hipotuca es una fantástica herramienta valiosa, mostrándote en pocos minutos una lista de las opciones que mejor se adaptan a tus circunstancias y que mejores condiciones ofrecen, ya sea en términos de tipos de interés más bajos, menores comisiones o plazos más flexibles.

3. Trámites y documentación

Para formalizar la subrogación, es necesario reunir la documentación para la nueva entidad, siendo los más habituales la copia de la escritura de la hipoteca original, la tasación de la vivienda, los últimos recibos de pago y, en algunos casos, pruebas adicionales de tu situación financiera.

Después, el banco se encargará de gestionar los trámites legales y administrativos, incluyendo la firma de los documentos pertinentes y la inscripción de la nueva hipoteca en el Registro de la Propiedad.

4. Cierre de la subrogación

Una vez que el banco haya aprobado la subrogación, se firma el contrato hipotecario con las nuevas condiciones. Siempre que tengas toda la documentación al día, este proceso suele ser bastante rápido.

Eso sí, es conveniente que revises con detenimiento los términos y que te asegures de que no hay errores. Tras la firma, tu hipoteca será oficialmente gestionada por la nueva entidad financiera, y empezarás a disfrutar de las nuevas condiciones.

¿Cuándo es recomendable subrogar una hipoteca?

Aunque la subrogación hipotecaria tiene sus ventajas, hay que tener en cuenta que no todos los casos son iguales, por lo que es importante que analices en profundidad si realmente te conviene. Si tienes dudas, algunos de los casos en los que puede ser una buena idea subrogar tu hipoteca son los siguientes:

Cuando los tipos de interés han bajado

Si desde que contrataste tu hipoteca las tasas de interés se han reducido considerablemente, puede que estés pagando más de lo necesario. En este sentido, la subrogación puede ayudarte a reducir el coste total de tu préstamo a largo plazo.

Si quieres cambiar de hipoteca variable a fija (o viceversa)

Otro de los grandes atractivos de la subrogación es la flexibilidad a la hora de ajustar el tipo de interés. Si tu situación financiera ha cambiado y quieres disfrutar de una cuota mensual más estable, puede que te convenga cambiar de una hipoteca variable a una fija. De esta forma, podrás pagar una cantidad constante durante toda la vida del préstamo, independientemente de las fluctuaciones del mercado.

Por otro lado, si sientes que los tipos de interés actuales son bajos y prefieres beneficiarte de esa variabilidad, también podrías considerar pasar de una hipoteca fija a una variable.

Si tienes dificultades para pagar las cuotas actuales

Si las cuotas de tu hipoteca han aumentado y te resulta complicado hacer frente a los pagos, la subrogación también puede ser una solución. Gracias a ello, podrás ampliar el plazo de amortización y reducir el importe de tu cuota mensual, haciendo que sea más manejable.

¿Cuáles son los gastos de subrogación de una hipoteca?

Aunque la subrogación es un proceso más económico que la cancelación y la apertura de una nueva hipoteca, hay ciertos gastos que deben tenerse en cuenta:

  • Honorarios notariales: suelen oscilar entre el 0,2% y el 0,5% del importe total de la hipoteca, dependiendo del valor de la hipoteca que estés subrogando. Cuanto mayor sea el importe de tu préstamo, más elevados serán los honorarios. A pesar de lo cual, sigue siendo una cifra mucho más baja que la que se pagaría por la firma de una nueva hipoteca.
  • Gestoría: el banco que gestione la subrogación cobrará una tarifa por los servicios de gestoría, que generalmente varía entre los 200 y los 500 euros. Un gasto que cubre los trámites administrativos y la gestión necesaria para formalizar la subrogación.
  • Registro de la propiedad: este trámite es necesario para registrar la subrogación y dejar constancia del cambio de titularidad del préstamo en el registro correspondiente. El coste no suele superar los 100 euros.
  • Tasación de la vivienda: en algunos casos, es necesario realizar una nueva tasación de la vivienda, que suele variar entre los 200 y los 400 euros, dependiendo de la entidad que lo lleve a cabo y del tipo de vivienda.

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