Comprar una vivienda es una de las inversiones más importantes en la vida de cualquier persona. Una decisión que implica una serie de trámites que pueden generar muchas dudas. Siendo una de las cuestiones más recurrentes “¿cuánto hay que dar de entrada para un piso?”.
La entrada es el primer pago que se realiza al adquirir una vivienda. La mayoría de las entidades bancarias no financian el total del coste de la propiedad con la hipoteca, por lo que exigen que el comprador aporte una cantidad inicial del valor del inmueble.
Pero, ¿cuánto se necesita ahorrar para ello? A continuación te explicamos todo lo que necesitas saber sobre la entrada de un piso y qué factores influyen en su cantidad.
¿Qué es la entrada de una casa?
La entrada de una casa es la cantidad de dinero que el comprador debe aportar de su bolsillo cuando adquiere un inmueble a través de un préstamo hipotecarioEl préstamo hipotecario es una operación reflejada en un contrato mediante la que una entidad financiera facilita una determinada cantidad de dinero al interesado para la adquisición de un inmueble, usando este último como garantía en el caso de incumplimiento de las obligaciones de devolución.. Este importe suele ser un porcentaje del precio total del inmueble y depende principalmente del valor de tasaciónLa tasación se refiere a la acción que permite determinar o estimar a la persona o a la entidad interesada en un bien, su precio o valor. En el caso hipotecario, es la valoración del inmueble y debe hacerse por un profesional o empresa homologada por el Banco de España. y del precio de compraventa del inmueble.
Lo normal es que los bancos financien hasta el 80% del valor del inmueble, lo que quiere decir que el 20% restante debe ser cubierto por el comprador con sus propios ahorrosPoder aportar ahorros por valor del 20% del valor de la vivienda más un 10% para los gastos de la operación. , lo que se conoce como “entrada”.
Por ejemplo, si quieres comprar un piso que vale 100.000 euros, generalmente, el banco te prestará 80.000 euros y los 20.000 euros restantes serían la cantidad que tendrías que aportar tú como entrada.
¿Cuánto hay que dar de entrada para un piso?
Como acabamos de explicar, la cantidad que normalmente se deba aportar como entrada al comprar un piso suele ser del 20% del valor de la vivienda.
Con lo cual, para calcular cuánto hay que dar de entrada para un piso, basta con multiplicar el valor de la vivienda por el porcentaje de entrada requerido. Por ejemplo, si deseas comprar un piso de 150.000 euros, si el banco financia el 80%, la entrada podría ser de 30.000 euros.
A lo que habría que sumar otros gastos como los impuestos, notaría y gestoría, que generalmente rondan entre el 10% y el 12% del precio de compra, lo que en este caso supondría unos 15.000 euros adicionales.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que esta cifra no siempre es la misma y que puede variar dependiendo de los siguientes factores:
- Política del banco: aunque las entidades bancarias no suelen financiar hasta el 80% del valor de las propiedades destinadas a vivienda habitual, en el caso de inmuebles de segunda residencia o de inversión, la financiación máxima suele ser del 60% o el 70%.
- Valor de tasación o precio de compraventa: el banco tomará como referencia el valor de tasación de la vivienda o el precio de compraventa, dependiendo de cuál de los dos sea más bajo. Si el precio de la compraventa supera al de la tasación, el comprador deberá asumir la diferencia, aumentando el importe de la entrada.
- Perfil del comprador: si el comprador tiene un buen historial de crédito, es más probable que pueda acceder a condiciones más ventajosas. En cambio, un historial de crédito menos favorable puede dificultar la obtención de financiación o hacer que las condiciones no sean tan buenas.
¿Puedo obtener una hipoteca con una entrada del 10%?
Aunque es posible obtener una hipoteca con una entrada del 10%, esta opción es mucho menos habitual. Y es que, debido al mayor riesgo de la operación, los bancos suelen ofrecer esta alternativa solamente en situaciones excepcionales como las siguientes:
- Buenas condiciones financieras: si tienes un perfil financiero excelente, con un historial crediticio impecable, ingresos estables y ahorros suficientes, algunos bancos podrían concederte una hipoteca con solo el 10% de entrada.
- Inmuebles de bancos: cuando el inmueble que quieres comprar es propiedad de un banco, es posible que puedas obtener condiciones más flexibles en cuanto a la entrada, ya que en este tipo de operaciones lo que se busca es recuperar rápidamente el dinero.
- Ayudas y programas de financiación pública: algunos gobiernos o entidades públicas ofrecen ayudas especiales que pueden incluir condiciones más favorables, como una entrada reducida o financiación con requisitos menos estrictos. Dirigidas principalmente a jóvenes, familias con bajos recursos o compradores de primera vivienda.
En cualquier caso, aunque sea posible obtener una hipoteca con solo un 10% de entrada, este tipo de préstamos suelen tener tipos de interés más elevados, lo que aumenta el coste total de la vivienda.
No obstante, estos programas son limitados y no están disponibles en todas las regiones ni para todos los tipos de compradores. Además, no todas las personas cumplen los requisitos para optar a ellas.
¿Se puede comprar una casa sin entrada?
Comprar una casa sin entrada es una opción poco común, ya que los bancos no suelen financiar el 100% del valor de la vivienda. Sin embargo, hay ciertas circunstancias en las que puede ser posible.
Eso sí, suelen estar reservadas a perfiles muy específicos, como personas con un historial crediticio impecable o compradores de viviendas de banco, entre otros.
Riesgos de comprar un piso sin entrada
Aunque las hipotecas al 100% puedan parecer atractivas, también implican ciertos riesgos, ya que las tasas de interés suelen ser más altas. Además, si el valor de la propiedad disminuye, el comprador podría encontrarse con una deuda superior al valor de la casa.
Por eso, es fundamental que, antes de tomar una decisión, se valoren bien las diferentes opciones y los riesgos que conlleva.
- Tasas de interés más altas: este tipo de hipotecas suelen tener tasas de interés más elevadas que aquellas que requieren una entrada inicial, ya que, para los bancos, el riesgo de la operación es mayor. Esto hace que el coste total de la vivienda aumente considerablemente, generando una mayor carga financiera a lo largo de la vida del préstamo.
- Mayor riesgo de impago: al no contar con ahorros, cualquier contratiempo económico, como la pérdida de empleo, una enfermedad, una disminución de ingresos o una subida de los tipos de interés, puede hacer que sea más difícil cumplir con los pagos de la hipoteca, aumentando el riesgo de impago y las posibilidades de perder la vivienda.
- Exposición a la fluctuación del mercado inmobiliario: el valor de la propiedad puede verse afectado por diversos factores, como las variaciones del mercado inmobiliario o una crisis económica. Si el valor de la vivienda disminuye, podría incluso llegar a valer menos que el préstamo, lo que puede complicar enormemente nuestra situación financiera si decidimos venderla, ya que no podremos cubrir la deuda pendiente.
- Restricciones en las condiciones del préstamo: los bancos suelen imponer condiciones más estrictas, como plazos de amortizaciónLa amortización es el sistema mediante el cual se ha previsto liquidar una deuda en pagos parciales. más cortos, cuotas mensuales más altas o la necesidad de contratar seguros adicionales, aumentando la presión financiera sobre el comprador. Además, si las circunstancias cambian, puede ser más complicado renegociar los términos.
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